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Mostrando entradas de febrero, 2021

Otros cuentos son posibles

< La ratita presumidamente no apta para ser mecánica > Beyon era una ratita presumida a la que le encantaba acicalar su pelo y adornarlo con un lazo rojo. Su belleza era indescriptible y todo su entorno esperaba de ella que se interesase en buscar un buen esposo.  La cuestión es que, desde bien joven, Beyon había navegado por los interiores de numerosos coches que, a diario, eran estacionados próximos a su casa, conociendo hasta el más mínimo detalle de su composición.  Recorrer el interior de los vehículos y analizar toda su composición y funcionamiento era su pasión, por lo que siempre quiso dedicarse profesionalmente a ello y ser mecánica.  Al alcanzar los 3 años de rata necesarios para poder trabajar, Beyon se acercó al taller de su barrio, certificados de profesionalidad en mano y con una ilusión incalculable por emprender su camino como mecánica de coches. ¿Qué fue lo que encontró? Un jefe cobaya que cuestionó su fuerza y su capacidad para ejercer dicha profes...

Dualidades aparentes

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El concepto de educar en igualdad

Tarea final unidad 1 Los estereotipos no afectan de igual modo a mujeres y hombres.  Generalmente, los estereotipos asociados a las mujeres y niñas son limitantes, nos condicionan y devalúan las características atribuidas al género femenino. A ellos los llenan de autoestima, de poder y superación; lógicamente, en caso de sentirse identificados con el estereotipo. En caso contrario, ser/comportarse como un hombre está impregnado de una responsabilidad extra y de la inhibición de las expresiones emocionales. En consecuencia, afectan negativamente a ambos sexos, por lo que contribuir a su ruptura es una cuestión básica para la consecución de sociedades igualitarias. Bajo mi punto de vista, el único modo de contrarrestar el impacto de los estereotipos es invertir esfuerzos y recursos en la coeducación. Pienso que la clave está en los centros educativos. Los/as menores son esponjas. Generalmente poseen ideas preconcebidas que han adquirido en el proceso de socialización, pero se muestra...

La no-corresponsabilidad

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- Él tiene iniciativa, la cuestión es que trabaja demasiado fuera de casa.  - Mamá, tu también, tanto o más que él. A su lado. - Tú no sabes cuánto trabaja él... Además, no sabe hacer nada, es torpe. Ya es demasiado tarde. - Hace unos años la ropa ni siquiera llegaba al lavadero y hoy en día si. ¿No podría ser así con todo? - Qué más da un detalle. Él trabaja "como un mulo" y encima luego va a hacerle compañía a las abuelas... pocos hombres hacen eso. - Mamá pero tu no puedes más. Eres responsable de tu integridad y bienestar... no se puede vivir con tantísimos frentes abiertos; trabajar en el campo, hacer comidas para la casa, para mi hermana y la abuela, limpiar nuestra casa y la casa de la abuela, ducharla, lavar la ropa de 3 personas... ¡es insostenible! - Yo sólo quiero que tengamos salud, que nos entendamos, que tengáis buenos trabajos en lo que os gusta y habéis estudiado y a mi no me pesa hacer nada de lo que hago. ... y así hasta el infinito.

Mi Mari

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Ella es incansable, genuina e irónica. Siempre me recuerda que hay que ver "el otro lado de las cosas", que no tiene cabida darse por vencida.  Mari es mi madre, le gusta el campo, los animales y la comida, aunque no tanto cocinar. Cuestión que disimula especialmente bien, ya que,  a pesar del revuelo que pueda haber en la cocina, sus producciones son exquisitas.  Como acción memorable recuerdo cuando, jugando al escondite, olvidó a mi hermana dentro de la funda de la almohada. También recuerdo aquel día en el que tuvo la genial idea de poner guindilla en mis uñas para que no las mordiera... Hazañas de madre inexperta que jamás se borrarán de mi mente, como las risas que produjeron.  Hemos crecido juntas, nos hemos caído y levantado. Hemos sido madre e hija, amigas y hermanas.  Que no me la cambien por ná.